Interrumpí el embarazo en secreto, quería evitar que me señalaran. Vivía en una ciudad conservadora y trabajaba con niñas y niños, para la gente hubiera sido incongruente que siguiera con mi labor. Además, en mi estado el aborto tiene consecuencias legales.
SILENCIOS
No le dije a nadie para evitar que me juzgaran sin conocer mi historia. El silencio te protege de la condena de la sociedad. Quizá compartes lo que te sucede con tu pareja o alguna amiga cercana que te ayudó para conseguir la información, pero nada más.
Afortunadamente, encontré a mujeres que me acompañaron y gracias a ellas pude resolver la situación. Desde hace once años sé que fue una buena decisión, porque mi economía era mala. Hoy, continúo pensando si quiero ser madre. Sigo trabajando en la educación y me interesa el bien de las niñas y los niños.
Construyo mi vida todos los días, sin oscuridad y alzando mi voz.
SILENCIOS
Interrumpí el embarazo en secreto, quería evitar que me señalaran. Vivía en una ciudad conservadora y trabajaba con niñas y niños, para la gente hubiera sido incongruente que siguiera con mi labor. Además, en mi estado el aborto tiene consecuencias legales.
Desde hace once años sé que fue una buena decisión, porque mi economía era mala. Hoy, continúo pensando si quiero ser madre. Sigo trabajando en la educación y me interesa el bien de las niñas y los niños.
Construyo mi vida todos los días, sin oscuridad y alzando mi voz.
No le dije a nadie para evitar que me juzgaran sin conocer mi historia. El silencio te protege de la condena de la sociedad. Quizá compartes lo que te sucede con tu pareja o alguna amiga cercana que te ayudó para conseguir la información, pero nada más.
Afortunadamente, encontré a mujeres que me acompañaron y gracias a ellas pude resolver la situación.
SILENCIOS
Interrumpí el embarazo en secreto, quería evitar que me señalaran. Vivía en una ciudad conservadora y trabajaba con niñas y niños, para la gente hubiera sido incongruente que siguiera con mi labor. Además, en mi estado el aborto tiene consecuencias legales.
Desde hace once años sé que fue una buena decisión, porque mi economía era mala. Hoy, continúo pensando si quiero ser madre. Sigo trabajando en la educación y me interesa el bien de las niñas y los niños.
Construyo mi vida todos los días, sin oscuridad y alzando mi voz.
No le dije a nadie para evitar que me juzgaran sin conocer mi historia. El silencio te protege de la condena de la sociedad. Quizá compartes lo que te sucede con tu pareja o alguna amiga cercana que te ayudó para conseguir la información, pero nada más.
Afortunadamente, encontré a mujeres que me acompañaron y gracias a ellas pude resolver la situación.